jueves, 26 de mayo de 2011

Maldito Platón


He de reconocer que Platón nunca me cayó bien. Algo tendrá que ver aquel verano en que ella me amó mucho pero solo platónicamente. Pero más allá de rencores personales, siempre me sedujeron más los empiristas. El altamente recomendable libro de Nassim Taleb, El Cisne Negro, ha confirmado toda mi antipatía hacía Platón.
Un cisne negro es algo que cae fuera de nuestras expectativas, un fenómeno improbable que cuando ocurre tiene un gran impacto sobre nosotros y nos impele a diseñar explicaciones ex post facto que lo conviertan ahora, a toro pasado, en explicable y predecible.